EL BLANCO CORDERILLO
(Fábula navideña)
Por: NABONAZAR COGOLLO
AYALA
-I-
La navidad retorna cargada de alegría
Las luces parpadeantes adornan el hogar
Los villancicos suenan con grata algarabía,
Sonoras panderetas ofrecen su cantar.
En la sala campea gracioso el gran pesebre
Sus verdes avenidas y su feliz portal…
Invitan al vecino que fraternal celebre
Con todos esta fiesta de amor universal.
Un blanco corderillo tan puro como nieve
Recorre las campiñas del mágico Belén…
Su cola es cual motita de lanas que remueve
Mostrando su alegría por el supremo bien.
-¿Por
qué te ves contento?
-Pregunta al corderillo
Ramona la ovejita más vieja del redil-…
-¡Llegado
es el gran día de ver aquel chiquillo
Que
vino a darle al mundo su redención gentil!
Me han dicho que es brillante cual nítido
lucero
Su rostro de amapola relumbra como el sol.
¡Yo quiero venerarlo! Postrarme ante él yo
quiero
Y darle mi homenaje de campos y arrebol.
-II-
Soy un recentalillo pero también soy grande
Pues soy una criatura de Dios el gran
creador.
Nacido es en la tierra aquel que mucho
expande
Su amor a todo el mundo… ¡Yo le daré mi amor!
-¡Ramona
ya me marcho, que el Salvador del mundo
Espera mi
visita de nítido algodón!
Se marcha complacido con celo muy profundo
El blanco corderillo cantando su canción.
Y trota alegre y casto por la feliz campiña
Su lana reluciente cual terciopelo es…
Aquellos que lo observan de la lejana viña
Le encargan un saludo por todos a la vez.
El ángel sonrosado que guiara a los pastores
También a reyes magos, lo mira en su trotar…
Y complacido guía por perfumadas flores
Al tierno borreguito que canta sin parar.
El ángel es la estrella que reluciente
alumbra
El negro firmamento con su flamante luz.
Le dice:
-Mi borrego, allá donde se encumbra
El pino
en la alameda te encuentras a Jesús.
-III-
-Él es
pobre muy pobre, no esperes la riqueza,
Habita
entre animales en un viejo portal…
-Mi
ángel, no te apures no busco más belleza
Que su
rostro tan bueno de luz angelical.
Y el corderillo llega al despuntar el día
Anduvo noche entera trotando hacia el lugar…
¡Se mira rebosante! Su espléndida alegría
Es como un blanco lirio que ofrece su aromar.
Jesús que lo esperaba lo mira en lontananza,
Cuando llega a sus plantas le canta un
ruiseñor.
El buen animalito se postra en alabanza,
Se mira tembloroso por su infinito amor.
María que lo observa mientras acuna al niño
Permite que el infante dirija su mirar…
A aquella fiel criatura que ofrece con cariño
Su más tierno homenaje al Dios crepuscular.
José que se enternece levanta al corderillo
Y lo lleva ante el niño con gesto paternal.
Jesús dirige entonces sus brazos en anillo
Y estrecha cariñoso al férvido animal.
-IV-
Lo abraza largo rato y el corderillo tiembla
Jamás él esperaba la manifestación…
De aquel amor tan grande de un cielo que
retiembla
De amor por cuantos seres contiene la
creación.
En brazos del infante, del Salvador del
mundo,
El blanco corderillo besó su corazón.
¡Su lana se hizo capa, sus ojos un segundo
Se hicieron esmeraldas de limpia ensoñación!
El ángel en la altura que llora enternecido
Ordena a los cantores del coro celestial.
Que entonen alabanzas al Dios recién nacido
Y una salve se escucha con acento triunfal.
Ahora a Jesucristo lo arropa con ternura,
La capa que lo aleja del frío siempre cruel.
¡El límpido cordero es túnica tan pura,
Que del hijo
del hombre es su segunda piel!
Y así termina el cuento del blanco corderillo
Que un día salió presto cantando del redil,
¡A darle su homenaje de amor puro y sencillo
Al Dios que nos trajera su redención gentil!
16/08/2015
Madrid (Cundinamarca)
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