De izquierda a derecha: RAMONA PORTILLO JIMÉNEZ junto a su hija, ANGÉLICA POLO PORTILLO Locación de la fotografía: Medellín - Antioquia, junio de 2018 |
(Soneto)
Con aprecio e infinito
cariño a
Ramona del Carmen Portillo
Jiménez,
De Severá, Cereté (Córdoba).
Señora de los días de mi
infancia
Y cómplice de eternas
fechorías…
Recuerdo esos sancochos que
tú hacías
¡No hay nada que supere su
sustancia!
Llenabas con tu canto
aquella estancia
Tus risas eran mar de
algarabías.
Risueña como siempre… Tú
decías
¡La risa es la ilusión de la abundancia!
Pasaron tantos años. Nos
perdimos
No obstante los recuerdos
que vivimos
Renacen como un sol de
primavera.
¡Ramona, Ramonita! Canta el alma
Al darte mi homenaje en
santa calma
¡Y alzarte de palabras mi
bandera!
Nabonazar Cogollo Ayala
Junio 11 de 2012
El Yopal (Casanare).
[1]
Ramona del Carmen Portillo Jiménez, inolvidable mujer trabajadora y echada
pa´adelante, prototipo de la mujer cereteana y cordobesa en general. Oriunda de
le vereda cereteana de Severá, en el Departamento de Córdoba. Trabajó en
nuestra casa, la finca La Florida durante
dos años y medio, de 1980 a 1982. Dejó una gratísima estela de anécdotas; mujer
dicharachera y cantadora que llenaba aquella estancia de la finca de mis padres
con sus cantos melódicos y sus risas espontáneas. Eterna inspiradora de crónicas,
poemas y odas; aquí un soneto a ella.
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