LA HISTORIA DE LA CANCIÓN EL
CORDOBÉS
Por: Nabonazar Cogollo Ayala
Canta pinto blanco, hazle
honores a tu raza
Y que te acompañe el nazareno de la
cruz…
¡Pelea como sabes tú, haz de tu pata una
metralla! ¡Para que sepan en la valla, como pelean los del Sinú!
Desde
los ya lejanos días de mi niñez crecí escuchando este clásico de la música de
acordeón en la tierra cordobesa, de la autoría del compositor de San Jacinto
(Bolívar), Adolfo Pacheco Anillo, quien se lo compusiera a mi padre, a cambio
de un gallo fino de la cría de gallos de pelea que mi papá entonces tuviera y
que era de fama en la región. La historia como se la escuché referir alguna vez
a mi papá, es la siguiente, enriquecida con elementos de posteriores
entrevistas:
Corría
el año 1963 y el acordeonero de San Jacinto, el señor de la cumbia y el
lamento, Andrés Landeros Guerra, recorría la sabana con su acordeón terciado al
hombro, acompañado en esta ocasión por Adolfo Pacheco, quien entonces era
joven. Era el mes de febrero y en Cereté se celebraba la tradicional fiesta de
la virgen de la Candelaria, que congregaba a toda la población en torno de las
celebraciones religiosas y populares. Landeros y Pacheco se dirigieron entonces
al Club Gallístico donde entraron en contacto con los grandes galleros
de Cereté, entre ellos con Nabo Cogollo, quien sobresalía entre todo el
personal con su personalidad imponente y su indeclinable don de mando. Corrían
los ríos de “Tornillo”, es decir, de Ron Córdoba, la bebida
popular de los sinuanos, al tiempo que se pactaban las apuestas y los
gallos, esos gladiadores emplumados –como dijera el poeta cereteano Raúl Gómez
Jattin-. El nombre populachero del Ron Córdoba le venía dado por
la forma helicoidal de su botella. Una vez Landeros y Pacheco se
abrieron paso entre la multitud, apretujada en el recinto cubierto de techo
pajizo y hechas las presentaciones de rigor, los tres hombres acordaron
participar de una parranda en la finca de Nabo, “La Florida”, ubicada a
la orilla de la carretera entre Cereté y San Pelayo, en la margen izquierda, a
3 kilómetros de Cereté. La parranda fue proverbial y duró varios días, como era
costumbre en mi casa. Dice Adolfo Pacheco Anillo en la entrevista que le
concediera al periodista barranquillero Ernesto Mcausland, lo siguiente:
El
cordobés fue un gallo de color pinto blanco que me regaló Nabonazar Cogollo,
Nabo Cogollo en Cereté… Yo componía al principio, me fui con Andrés Landeros a
Cereté, en una parranda de esas largas que hacía Nabo, y…y él me dijo, muy
chabacanamente…
-Landeros cree que yo
soy sordo porque se la pasa diciéndome en los discos…
¡Óyelo Nabo Cogollo!
¿Estás oyendo, Nabo Cogollo?
Entonces yo le dije…
-Hombe, yo te hago
una canción…
2
¿Cómo?... ¿Usted hace
canciones?
-Sí…
-Yo he oído mentar…
- A
cambio de que me regales un pollo fino de esos que tienes ahí en tu gallería… Y
me dice…
-¡Se lo lleva!
-Entonces
yo a la próxima parranda, cuando ya hice, le avisé… le avisaron, entonces él
organizó otra nueva parranda con sus amigos y yo le llevé la canción. Al
principio la recibió como toda una canción así rara…
-¡Eso es poesía! -Me
dijo Nabo!-... Eso es como poesía… ¿No tiene otra?
-No…
-¡No, está bien así!
Está buena…
Total
que la comenzamos a ensayar y ya al octavo día de parranda o décimo día de
parranda, ya le iba gustando. Entonces la mandaba cada rato… ¡El gallito! Me
decía… ¡Tóqueme El gallito! ¡Tóqueme El gallito!
-Nabo… ¡Yo lo puse el
cordobés! ¡Tóqueme El gallito! 1
Adolfo
Pacheco se llevó aquel valioso gallo que Nabo Cogollo le había regalado, de su
afamada cría gallística en Cereté. Mi padre, evocando aquel ejemplar de su cría
y decía lo siguiente en su viejo libro de cuentas (del cual sobreviven unos
fragmentos), en la letra cursiva de elegante estilo inglés que lo
caracterizaba…
“Hijos
del Patasuave, con la gallina jabaíta del Chevo, (nacieron) 4 pollos diseñados
con un balazo en (el) ala izquierda…”2
1
MACCAUSLAND, Ernesto. Adolfo Pacheco y El cordobés. El compositor
colombiano Adolfo Pacheco invitó al periodista Ernesto McCausland a su
gallería "El tropezón", en Galapa, Atlántico. Allí, entre gallos de
pelea, le contó la historia de "El cordobés", uno de los mejores
vallenatos. Crónica realizada con la nueva Nikon D7000. Cámara y edición:
Ernesto McCausland/ Entrevista: Ana Milena Londoño/ Sonido: Naty Parra/
Asistente: Jorge Rondón. Subido el
02/02/2012.
2 COGOLLO GUZMÁN,
Nabo. Libro de cuentas. (Fuente documental directa), pág. 63. 1962,
1963. (Aprox.)
Ernesto
Mccausland entrevistó a mi padre en 2007, en su parcela El hatico, en
las afueras de Cereté (vereda de La Pozona), en cuyo video el
entrevistado anotaba lo siguiente, sobre el gallo el cordobés…
-De
esos gallos salió un gallo viejo que nosotros lo pusimos el Patasuave, que se
cansó de matar gallos, que él nunca tuvo estado. Y ese gallo peleó aquí y en
todas partes, en Cúcuta, en Bucaramanga, en el Valle… Y ese fue el pa´e del
pollo ese… (el cordobés) ¡Yo lo puse a amansar! La gallina se la fui a comprar
al doctor Matera, allá en (la hacienda) Canaguay…3
El
gallo de Adolfo Pacheco tuvo mal fin y fue derrotado por un poderoso y
pendenciero gallo que le atravesó el pulmón con la espuela, cegando para
siempre su preciosa existencia. Pero quedó la inmortal canción que lentamente
fue conquistando el sentir de las gentes en Cereté y todo el departamento de
Córdoba, quizás por lo sentido y emotivo de sus estrofas, hasta llegar a ser
considerado un clásico de la música popular sabanera de acordeón. Homobono
Venerando Cogollo Guzmán, popularmente conocido como Nabo Cogollo, partió a las
regiones de la eternidad en su natal Cereté, el 28 de noviembre de 2011, a la
edad de 77 años, dejando tras de sí 7 hijos y un enorme acervo de anécdotas,
correrías y andanzas, como quiera que fue un hombre proverbial en el mundo de
los gallos, los caballos de paso fino colombiano y los vallenatos.
El
Cordobés fue interpretada alguna vez en una caseta, en vivo, por
el cantautor guajiro Diomedes Díaz Maestre (q.e.p.d.), en la década de
los ochenta. Diomedes no se la sabía del todo bien pero el público enloquecido
hacia la media noche, le coreaba… ¡Canta el Cordobés, el Cordobés! Y
Diomedes se animó a cantarla, pero la letra se la iban soplando al oído, a
media que avanzaba el tema. Fue por eso que esa interpretación se caracterizó
por repetir una y otra vez los versos de cada estrofa, al principio, lo cual le
gustó mucho a la gente. De esta manera
Diomedes tomaba un
aire de respiro, mientras le decían lo que seguía del texto…
Tiene bella estampa, ay…
Tiene bella estampa, tiene bella
estampa…
Brioso pico estirador,
Como son los gallos y pollos de
Cereté.
Y yo lo puse el Cordobés…
¡Nabo Cogollo bien lo sabe! Que cuando pica
un pata suave Sangre en la valla ven correr.
3 MACCAUSLAND, Ernesto. Nabo Cogollo. Aquí está el Señor Nabo Cogollo…el que le regalo "El
Cordobés" a Adolfo Pacheco. Subido el 15/07/2007.
Algunos
asistentes grabaron esta lucida interpretación, la cual fue editada
posteriormente en estudio de sonido y que se consigue en youtube
actualmente. Es por ello que los seguidores del Cacique de la Junta han llegado
a creer que el Cordobés era creación de Diomedes, lo cual es ciertamente un
error.
El
cordobés ha llegado a ser considerada una especie de himno popular
en Cereté y fue una de las canciones triunfales con que fuera recibido
el boxeador cereteano César Canchila, luego de obtener el fajín de campeón
mundial minimosca en 2008, como quiera que este afamado pugilista afirma que al
escucharla recibe una especie de descarga eléctrica, que quizás le venga de
Dios mismo, porque el deportista es cristiano. Miremos un aparte de la crónica
periodística…
…a César Canchila le cayó la primera de dos
descargas eléctricas sobre su cuerpo cuando oyó en los altoparlantes la voz de
su ídolo Diomedes Díaz con parte de la segunda estrofa del paseo vallenato 'El
Cordobés':
Tiene bella estampa, brioso pico estirador
/
Como son los gallos y pollos de
Cereté.
El boxeador de Cereté, la población cordobesa
cercana a Montería, se identifica con esa canción. "Me despeluqué al
escucharla", afirmaría dos días después a Alberto Agámez, integrante de su
esquina la noche del 26 de julio pasado en Las Vegas (E.U.)4.
De
esta forma se han compilado y consultado las diversas fuentes informativas en
torno al ya legendario paseo vallenato El cordobés (1963), cuyo
inspirador, Nabo Cogollo Guzmán, en el cielo y quizás en tremenda parranda
vallenata con los ángeles, no se cansará de cantarlo una y otra vez, al tiempo
que los cereteanos reafirmamos nuestro sentir identitario en torno de esos
sencillos pero emotivos versos, que erizan la piel de solo escucharlos, porque
nos hacen sentir más sinuanos y cordobeses que nunca.
Madrid
(Cundinamarca), febrero 5 de 2014 nacoayala@gmail.com
4
http://www.eltiempo.com/archivo/documento/CMS-4424517. Publicación
eltiempo.com. Sección Deportes. Fecha de publicación: 2 de agosto de 2008
Nabo Cogollo Guzmán (q.e.p.d.) adiestrando a la soga la potranca LA PIELROJA, en el patio de la FINCA LA FLORIDA, 1984, aprox. |
HOMENAJE A NABO COGOLLO GUZMÁN
Por: Nabonazar Cogollo Ayala
Padre mío si te marchaste a las regiones del ensueño
Nos
dejaste ese legado de tu ser dicharachero…
De una vida dedicada a los caballos,
por entero,
De un ardiente
trasegar entre parranda y poco sueño.
Héroe ardiente de la anécdota picante que el empeño
De un
trabajo consagrado te fijara en el sendero
De la límpida existencia, que
labraste tesonero,
En procura de un mañana de tus hijos,
halagüeño.
Hoy un ángel parrandero y cuentacuentos en el
cielo
A San Pedro lo distrae, canturreando el vivo anhelo
De la tierra
cordobesa que tú amaras con locura.
Con vibrantes guacharacas y sonoros
acordeones
Desperezas las alturas, alegrando corazones,
Con un grito de alegría
que renace en tu alma pura.
Madrid (Cundinamarca),
noviembre 10 de 2013
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