EL ISLOTE
DE LA VIDA
Por: Nabonazar Cogollo Ayala
La vida es existencia
que se troca en viejo islote
Es la punta inaccesible
de una cima sumergida…
Y los vientos de los
mares arremeten contra ella
Con fiereza enardecida
Y los viejos alcatraces
su nidada le regalan
En las nítidas palmeras
que campean en sus playas
Mientras cantan en la altura
los turpiales sus canciones
Con tristeza sacudida
La vida es existencia
que al ocaso en su periplo
Se reviste con el oro
de la tarde cuando muere
Y la sombra proyectada
cual regalo de la muerte
Como etéreo alargamiento
de una sombra hecha destino
Es la sombra de la vida
La vida es el zafiro
del océano en lejanía
Que ruge si se encrespa
o es calmado cuando brilla
Y lame con su lengua de
tersuras cristalinas
Las arenas de los
sueños o el destino que se olvida
Cual mensaje de socorro
embotellado a la deriva
Es el grito de la vida
La vida es claraboya,
cielo azul en lontananza
Que avisa si hay
peligro o hay tormenta que abalanza
Su látigo de fuego, su
bravura desbocada
Contra frágil
barquichuela de un destino que no alcanza
A lograr la altiva
estrella que se erige en atalaya
Del marmóreo firmamento
en las alturas de la playa
¡Es la vida en
desconfianza!
La vida es viejo islote
de palmeras y de playas
Que se mira abandonado
y es feliz donde se haya
Quizá porque los
rostros de las falsas esperanzas
No llegan a amargarla o
no saben inquietarla,
La vida que halla vida
se construye su muralla
Y crece y se hace
fuerte en el arrullo que no calla
De brisas marineras que
la miman y le cantan
¡Esa vida es fiel
garganta!
No sufras marinero de
la vida, esta se halla
Quizás en los islotes
de palmeras y de algas…
Y allá llega tu quilla
de fatídicas distancias
Buscando brisas nuevas
con su dulces resonancias
Que aduerman los
dolores de tu vida en la metralla
¡No sufras marinero de
la vida, ven descansa!
La vida en soledades no
es pesada, ella te alcanza
El líquido zafiro de ambrosía
que hoy te abraza
¡Jamás deja que mueras!
Te conforta cuando besa
Tu frente
adolorida y corona tu cabeza
Con astros rutilantes
de ternuras y tibiezas
¡Nueva vida recomienza!
Madrid
(Cundinamarca)
Marzo
30 de 2015
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