LA MUJER DEL BAR
Por:
Nabonazar Cogollo Ayala
Llegué hasta la cantina con ánimo de
verla
Su rostro de amapola brillaba al
resplandor…
De la amplia chimenea con luz de
madreperla
Que mágica besaba su frente de rubor.
No me miró siquiera no obstante yo la
quise
Cual quieren viejas playas las olas al
rumor…
Del cántico marino, quizás su rostro
hechice
Mi espíritu amarrado de su cabello en
flor.
Llegué y entre cerveza libaba su
alegría,
Y la melancolía de mi alma se adueñó…
No obstante, la miraba sentía que era
mía,
Mi ser se enternecía con ímpetus del
yo.
Llegué hasta la cantina mientras que
el rojo vino
De su alma se adueñaba cual sangre del
dolor…
La vi y aunque no quiso la traza del
destino
Mirare yo la admiro con indecible
amor.
25/02/2021
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