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Escritor, investigador y humanista colombiano, con estudios en filosofía. Fomentador de los cánones clásicos de la poesía española e hispanoamericana, en un sano marco de patriotismo colombiano y latinoamericano.

domingo, 24 de abril de 2022

MADRE BUENA, MADRE PURA (Poema en homenaje)

                                                                            


                                                      MADRE BUENA, MADRE PURA

                                                                        (Poema en homenaje)

                                                                   Por: Nabonazar Cogollo Ayala

 

Los recuerdos ahora vienen en cascada

Con la fuerza y la ilusión del sentimiento…

Yo era un niño y una voz almibarada

Estilaba mil tonadas de contento.

 

De la cuna aquella voz dulce y amada

 

Era un tierno manantial de encantamiento…

Y su historia de otro tiempo entresacada

Hechizaba el alma entera en un momento.

 

Esa voz que como un hada me cantaba

Con el ánimo feliz de darme aliento

Fue la voz de aquella madre que me daba

Desde niño la miel pura del sustento.

 

Y mis ojos ante un mundo despertaron

En procura de la luz de la alborada…

 

El hogar de aquellos padres que me amaron

 

Fue canción que resonaba entusiasmada.

 

Fue mi madre aquella Rosa entre ternuras,

Hecha aurora con desvelos y cuidados…

Quien veló por mis andanzas y diabluras

Cual leona con cachorros desatados.

 

Nueve hijos y un esposo de dulzura

 

Absorbieron su existencia en los costados…

 

De una casa que se alzaba tan segura

Como un nido de mochuelos sonrosados.

 

Hoy, señora, el tiempo viejo en su andadura

Hizo hombres y mujeres de tus hijos…


Ayer madre y hoy abuela eres figura


Que consiente cariñosa y da cobijos.


Siempre dulce, siempre tierna y amorosa

Nunca sola porque aquí siempre estaremos

Para amarte con el alma esplendorosa,

Como Rosa que en el alma llevaremos.

 

Estas flores que hoy te damos con orgullo

Son indignas de tu fiel merecimiento…

Las recibes cual rosal en su capullo

¡De tus hijos son la voz del sentimiento!

 

Dios bendiga, madre amada, tus retoños

Dios bendiga aquella savia que nos diste…

 

Como frutos que maduran los otoños

De ese orgullo familiar que en ti persiste.

 

Dios bendiga, oh mi Aida Rosa, tus canciones,

 

Tus caricias y tus manos como seda…

Con la cuales levantaste corazones

¡Con la fuerza de una ceiba en la arboleda!

 

De El tapón y de los tiempos del abuelo

 

Insuflaste en nuestras almas la grandeza…

¡Adelante a levantar el firme vuelo!

 

Fue ese grito que elevaste con firmeza.

 

Dios bendiga, madre buena, madre pura

Esa fuerza existencial que en ti gravita…

Hoy y siempre cual la firme levadura

¡Que en nosotros es el fuego que palpita!

 

Madrid Cundinamarca

Marzo 24 de 2019



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